En el mercado actual podemos encontrar cada vez una mayor oferta de vehículos electrificados con una mayor autonomía y unas mejores prestaciones, aunque el precio del coche eléctrico no deja de crecer. Y no nos referimos a modelos de última generación o cargados de tecnología, sino que incluso los más simples siguen teniendo cifras bastante mayores para el bolsillo de los españoles.
Es por este motivo que la accesibilidad del coche eléctrico está muy lejos de ser la idónea. Un encarecimiento del que sigue haciendo porque, aún de ser los vehículos del futuro, en la actualidad las ventas permanecen por debajo de los de combustión, especialmente en nuestro país. Por tanto, sí; el verdadero problema del coche eléctrico no está tanto en sus autonomías, sino más bien en su precio cada vez mayor.
La introducción del coche eléctrico en España sigue siendo una asignatura pendiente por parte de las grandes esferas y nuestro país se queda descolgado con respecto al resto de Europa.
Y, aunque en España se está aumentando la instalación de puntos de carga, estos no son suficientes para que se vea reflejado en un crecimiento en las ventas de electrificados, pese a que los números siguen creciendo. Una realidad que también nos lo dice de la mano de las ayudas e incentivos para su compra…
Pero de la que no termina de funcionar, ni mucho menos. Donde, tal como asegura el informe ElectricarVO, elaborado por la patronal de vendedores de vehículos GANVAM, el precio medio del vehículo eléctrico de ocasión ha alcanzado los 34.326 euros, lo que se traduce un 31,5% más que hace dos años.
En cualquier caso, esto no es lo que se esperaba hace tan solo unos meses, cuando se pensaba que el precio de los coches eléctricos se estancaría o incluso podría llegar a bajar, al aumentar las ventas.
Varios factores contribuyen a estas subidas de precios, pero el principal es el aumento de los costes de las materias primas. Así, algunos componentes han visto sus precios prácticamente duplicarse desde antes de la pandemia, lo que ha hecho desaparecer los beneficios, incluso en el caso de modelos que se venden muy bien. No obstante, la culpa de esto que se siga viendo este 2023 la tienen las baterías que se utilizan en los mismos.
Y es muy sencillo: el litio. Componente indispensable para crear sus baterías, está en una escalada de precios que va a llevar, al menos a priori, a que los modelos a pilas sean más caros.
Es lógica que a mayor demanda de la materia, si la oferta es la misma, el precio de esta aumente, puesto que se convierte en algo más preciado. Además, durante este verano China, el principal productor, se ha enfrentado una de sus mayores oleadas de calor y de sequía d ellos últimos años, lo que ha impactado de manera muy negativa. Lo malo es que no parece que la producción de litio vaya a superar la demanda del mismo a corto plazo, lo que hará porque el precio del coche eléctrico en sí siga escalando.
Ante esto, y si la subida del coste de las materias primas explica en parte la situación, no es el único elemento a tener en cuenta. Según Volkswagen, «con la evolución actual de los costes, es ciertamente difícil de imaginar la evolución de los costes. Esto no solo se refiere a los materiales, sino también a los costos de mano de obra. Los dos suben en paralelo«.
Y es que esta transición al coche eléctrico ha obligado a invertir mucho dinero en investigación y desarrollo. Crear nuevas plataformas, desarrollar software específico y, en definitiva, dar la vuelta a cada una de las marcas, reconvirtiéndose por completo.
Por el tipo de tecnología que es, el coche eléctrico que más sentido tiene es uno de pequeño tamaño, ligero y que se mueva, en la mayor parte de sus trayectos, por ciudad. Las marcas, sin embargo, han optado por modelos enormes, muy pesados y, sobre todo, muy caros.
Toda esta situación ha terminado desembocando en que la industria empiece a plantear un nuevo suelo para adquirir un vehículo. Si hace menos de una década se podían encontrar automóviles por poco más de 10.000 euros, ahora hablamos de coches eléctricos «baratos» situando la frontera en los 25.000 euros, sin tener en cuenta los descuentos.
Entonces, es más que razonable que el parque automovilístico nacional no pare de envejecer (actualmente, la edad media del parque está en 14 años). No hay «una gran mayoría» que no quiera comprarse uno, es que no se puede, y más teniendo en cuenta el aumento del coste de vida en los últimos años. Si se busca que la electrificación se quede, debe facilitarse su adopción.
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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