La marca china BYD continúa con su expansión europea, utilizando vehículos enchufables muy interesantes como el BYD Dolphin, su eléctrico compacto. Soy de los que opina que un coche eléctrico de enormes dimensiones, peso y capacidades, no tiene demasiado sentido. Pienso que, como el principal problema de contaminación está en las ciudades, los coches eléctricos deben encontrarse en las ciudades.
Por lo tanto, deben ser coches ágiles, ligeros, sencillos y no demasiado grandes. Y además, y si no es mucho pedir, baratos. Pero claro, ya que compramos un coche tampoco debe limitarse al uso exclusivamente urbano. Por lo menos que nos permita movernos un poco a las afueras o afrontar algún trayecto relativamente “largo” con garantías, como viajar de una ciudad a otra.
Es por ello que el BYD Dolphin me parece un coche inteligente, porque cumple con casi todo lo anterior. Con las ayudas del estado y las promociones puede quedarse por debajo de los 23.000 euros, pues tiene un PVP de 29.990 en su versión más asumible que está a punto de llegar a las calles.
El Dolphin es el modelo más pequeño y barato que actualmente ofrece la marca china en España. Mide 4,3 metros, como un Peugeot 2008 o un Volkswagen Golf para hacerte a la idea. Además, apuesta por una silueta que nos recuerda un poco a un pequeño monovolumen, lo que es fantástico para aprovechar al máximo el espacio en el interior.
Como detalles destacables del exterior, tenemos faros LED comunicados por una banda central iluminada, llantas de 17 pulgadas, manecillas de las puertas planas y un estilo de iluminación trasero muy característico con unas líneas que se cruzan y recorren todo el ancho del coche. No falta la frase de BYD “Build Your Dreams” y en este caso, por ser el acabado más alto, una carrocería bicolor con la media altura superior en negro.
Comparando con el BYD Atto 3 que probamos hace unas semanas, el Dolphin se nota que es un coche más económico. No llega al mismo nivel de construcción y, por otro lado, tampoco cuenta con los guiños de diseño tan llamativos de su hermano mayor.
La gran mayoría de elementos son plásticos rígidos, aunque en su defensa he de decir que están bien rematados y ajustados. Creo sinceramente que es lo correcto, pues no olvidemos que es un coche que busca ofrecer un precio ajustado. Como detalle, tenemos techo panorámico, aunque no es abatible.
Mientras, en el centro del salpicadero aparece el “monitor” para el sistema multimedia y, por desgracia, climatizador. Ya sabéis que no soy muy amigo de que el climatizador se controle desde la pantalla, aunque por suerte el desempañado rápido y alguna función básica más se puede hacer con botones físicos.
Lo mejor de esta pantalla de 12,8 pulgadas es que tiene una fluidez magnífica y que, como en otros modelos de la marca, puede colocarse en posición horizontal y vertical, como a ti más te guste.
Un aspecto que me gusta mucho de este coche es que tiene múltiples huecos para dejar objetos. Hay un par de bandejas a distintas alturas bajo la pantalla, dos posavasos, un compartimento con carga inalámbrica y un enorme espacio en la consola central en la que cabe incluso un bolso. No faltan un par de tomas USB y huecos en las puertas.
Los asientos, que por cierto son eléctricos y calefactados en las plazas delanteras, tienen un mullido muy bueno, pero ya sabéis que a mí los reposacabezas fijos no me van demasiado, y menos cuando te empujan un poco la cabeza hacia delante. Prefiero los reposacabezas ajustables, especialmente los que permiten el reglaje longitudinal.
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Una curiosidad que me ha encantado encontrar en este coche y que no vendría nada mal extender al resto de vehículos es lo que he bautizado como “la herramienta salvavidas”.
En el hueco central, justo debajo del reposabrazos, tenemos un pequeño cilindro extraíble que lo ideal es no tener que utilizar nunca, pero que ahí está por si en una situación de emergencia es necesario. Si lo abrimos, por un lado encontramos una cuchilla para cortar el cinturón de seguridad. Por el otro, un puntero para romper alguna de las ventanillas laterales.
En lo que a las plazas traseras se refiere, aunque no es perfecto, el ángulo de apertura de la puerta es más que correcto. Además, gracias a la forma de la carrocería, la distancia vertical es buena, por lo que entrar y salir, o sentar a los niños en sus sillas de retención infantil son operaciones sencillas.
Una vez sentados nos encontramos con muy buena distancia para las rodillas, siendo en este detalle donde más ayuda el hecho de contar con una distancia entre ejes tan amplia (2,7 metros). La parte negativa es que no hay demasiado hueco para meter los pies por debajo del asiento delantero; por lo que personas con pie grande se sentirán algo incómodos. Para mí, con mi 1,76 de altura tengo margen de sobra para tocar con la cabeza en el techo. Cuatro adultos de 1,80 pueden ir bien en este coche.
Por lo demás, la plaza central es relativamente aprovechable, porque es suficientemente ancha y porque no hay un túnel de transmisión que moleste, aunque lógicamente más incómoda que las laterales. Contamos con un reposabrazos central plegable, bolsillos en los respaldos delanteros, huecos en las puertas, dos tomas USB y agarradores de techo.
Al abrir el portón del BYD Dolphin podemos llevarnos una decepción, porque la verdad es que el maletero no parece muy grande, especialmente si el piso se encuentra en su posición superior. Esto se debe a que no tiene mucha longitud y, además, a que la diferencia entre las dos posiciones es notable.
Si levantamos ese suelo, el compartimento inferior es grande, quedando mucho espacio que normalmente será utilizado parcialmente por los cables de recarga. De todos modos, siempre podemos colocar esta bandeja separadora en su posición más inferior y dejar un solo hueco. El volumen concreto es de 345 litros, ampliables a 1.310 si tumbamos los asientos de la segunda fila.
El BYD Dolphin está disponible con cuatro equipamientos distintos, tres niveles de potencia y dos baterías de distinta capacidad. Por cierto, son las Blade Battery de fosfato de hierro y litio (LFP). Ni que decir tiene que, como todo coche eléctrico, lleva la pegatina Cero de la DGT.
La batería más pequeña es de 44,9 kWh, tiene con un cargador de embarque de 7 kW de potencia y acepta cargas en corriente continua a máximo 60 kW. Dicha batería se ofrece con los niveles de acabado Active y Boost, que alimentan a motores de 95 y 177 CV respectivamente, para homologar autonomías de 340 y 310 kilómetros.
Por su parte, la batería superior es la de 60,4 kWh, reservada para los acabados Comfort y Design. En este caso podemos cargarlo a 11 kW en corriente alterna y con potencias de hasta 88 kW en corriente continua, que por cierto es una cifra que se nos antoja justa para recargar en viajes. Esta batería siempre lleva el motor de 204 CV y 310 Nm de par, y la autonomía homologada es de 427 km.
En nuestro caso, estamos probando el BYD Dolphin en su versión más potente y con el nivel de acabado Design, el tope de gama. Las dos versiones con batería de 44,9 kWh están a punto de llegar al mercado.
Decía al comienzo que, a mi modo de ver, un buen coche eléctrico es aquel que está enfocado principalmente al uso urbano, porque se usará principalmente en ciudad, pero que también te permita salir a la ciudad o al pueblo de al lado con garantías. Sin miedo por quedarte sin autonomía, con suficiente respuesta y con un mínimo de confort.
En una carretera de doble sentido, con esta versión de 204 CV podemos adelantar sin problemas o incorporarnos a autopistas rápidamente y con seguridad. Faltaría más con tal caballería debajo del acelerador.
Según la ficha técnica hace el 0 a 100 en 7 segundos y llega a los 160 km/h. Cuenta con un motor delantero con 204 CV y 310 Nm, es decir, tenemos energía más que de sobra para un coche que, en principio, está enfocado para el uso urbano. De hecho, si aceleramos fuerte saliendo de curva, es fácil perder tracción.
Por ese planteamiento urbano, y como es totalmente lógico, se le nota que no va tan a gusto en vías rápidas como el Atto 3 probado semanas atrás. Hay que hacer algunas correcciones más en el volante por sus geometrías de dirección, es un poco más sensible al viento lateral y no está tan bien insonorizado. Pero como digo, es lo más normal, entre otras cosas porque el Atto 3 está muy conseguido en esos aspectos.
En ciudad es donde muestra su mayor potencial. Entras y sales del coche con mucha facilidad tanto delante como detrás y, en lo que se refiere a conducción, tiene una fantástica maniobrabilidad, resulta muy sencillo de conducir y su suspensión es cómoda, muy cómoda diría yo. El punto negativo es la visibilidad trasera al aparcar, pero como tenemos cámara 360 grados de serie, se resuelve el problema.
Todo esto, por no hablar de la agilidad y facilidad para moverse entre los coches, con una respuesta instantánea del motor y un relajante silencio de rodadura. Con lo único que debemos tener un poco de cuidado es con el acelerador, pues en esta versión tan potente no es complicado salir quemando rueda si somos bruscos. De hecho, yo personalmente optaría por una versión menos potente.
En cuanto a los consumos se refiere, ya sabéis que siempre depende mucho de lo que nos pese el pie, más aún en los coches eléctricos, que creo que son más sensibles al uso que los motores tradicionales.
En cualquier caso, conduciendo como lo haría con cualquier otro coche, es decir, sin hacer conducción agresiva pero tampoco buscando la eficiencia, en autopista ha gastado alrededor de 18 kWh/100 kilómetros, que no está nada mal para, como digo, no hacer conducción eficiente. En ciudad no es complicado verlo en unos 13 kWh, pudiendo bajarlo aún más si nos esmeramos.
Los consumos son fantásticos. Y haciendo una simple regla de tres vemos que en autopista podemos pasar de los 320 kilómetros con una sola carga y callejeando haremos alrededor de 450. Por otro lado, estamos lejos de los datos homologados, como es habitual en estos coches…
Además del precio, para mí los principales puntos positivos del BYD Dolphin son el espacio interior, la sencillez y confort de conducción y la buena dotación de serie.
En el debe mejorar no hay mucho destacable. Citaría la potencia de carga máxima en corriente continua, que es bastante justa comparando con los rivales, y especialmente el horror que me produce tener que desactivar los asistentes a la conducción y todos sus pitidos cada vez que lo arrancamos.
Potencia | Batería | Acabado | PVP | Precio con Moves III |
---|---|---|---|---|
95 CV | 44.9 kWh | Active | 29.990 € | 22.990 € |
177 CV | 44.9 kWh | Boost | 30.690 € | 23.690 € |
204 CV | 60.4 kWh | Comfort | 35.690 € | 28.690 € |
204 CV | 60.4 kWh | Design | 37.690 € | 30.690 € |
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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