Probamos el nuevo Ford Explorer eléctrico: Europa, esto va en serio

Cuando una marca con el bagaje y la experiencia que tiene Ford en todo el mercado mundial lanza un modelo como este nuevo Ford Explorer eléctrico hecho por y para Europa, cualquier cliente aferrado a los combustibles fósiles y a la movilidad tradicional que todavía quede marginado en la inadaptación a la nueva era debería corroborar de una vez por todas que el período de las cero emisiones va en serio.

Este nuevo Explorer, producido junto al Capri en la fábrica alemana de Colonia, pretende convertirse en el modelo de gran volumen por antonomasia dentro del catálogo de la firma norteamericana durante los años venideros, y lo cierto es que cuenta con factores y argumentos muy importantes para lograrlo.

El Ford Explorer 100% europeo

Al diseño, que aunque subjetivo es uno de sus puntos fuertes, se suman otros como la tecnología, la funcionalidad, la diversidad de motorizaciones y unas cifras de autonomía que, combinadas con unos tiempos de carga rápida que bajan de la media hora, permiten derribar de una vez por todas el temor a salir de la ciudad por miedo a quedarnos tirados (la conocida range anxiety.)

Estéticamente quiere conservar de forma ligera su familiaridad con el fantástico Explorer PHEV actual con motor V6, sobre todo en las líneas cuadradas y robustas del frontal. Eso sí, además de tener una parrilla carenada (este no necesita refrigerar ningún motor de combustión), la principal diferencia entre ambos reside en el más de medio metro de longitud que les separa. Este nuevo Explorer alcanza los 4,47 metros de largo por sus 1,87 de alto y 1,63 de alto. La distancia entre ejes también es considerablemente más reducida, 2,77 metros.

Esto hace que en el interior solo haya espacio, aunque bueno, para cinco ocupantes. En cuanto a llantas, según versiones, se podrá equipar un conjunto de 19, 20 o hasta 21 pulgadas.

Cómodo, tecnológico… ¡y hasta con caja fuerte!

El que esté más al tanto de las novedades automovilísticas notará en el interior una cierta relación con los últimos lanzamientos eléctricos de Volkswagen. Y es que este nuevo Explorer EV comparte un buen número de componentes con los ID.3 o ID.4; sin ir más lejos, la plataforma MEB y algunos mandos del habitáculo (selector del cambio ubicado en la columna de la dirección, instrumentación digital…)

De todos modos incidimos en que, en el caso del Ford, tanto el diseño como el cuidado por la sensación de calidad son aspectos que se perciben mucho más trabajados.

El protagonismo en términos tecnológicos se lo lleva una enorme pantalla de 14,6 pulgadas en formato vertical que permite deslizarse hasta en 30 grados para evitar reflejos. Como te enseñamos en el vídeo superior, esto hace posible ganar un espacio portaobjetos más que podemos utilizar como una especie de caja fuerte cuando salimos del coche.

La resolución, la respuesta, los gráficos y absolutamente todo lo relacionado con el sistema de infoentretenimiento SYNC4 es formidable. Eso sí, nos supone un verdadero incordio tener que acceder cada vez que paramos la marcha o nos bajamos del coche al menú de asistentes para desactivar los que precisemos -si es que llegamos a querer desactivar alguno.-

Las plazas traseras son suficientes para que viajen con un buen confort dos adultos de talla media-grande y el maletero cubica una capacidad de 470 litros, que son en torno a 100 litros menos de lo que homologa el ID.4.

Motorizaciones y autonomía del nuevo Ford Explorer

En el momento de su llegada al mercado, existirán dos versiones: una de tracción trasera con 286 CV y batería de 77 kWh para 602 km de autonomía teórica y otra de tracción total con 340 CV y batería de 79 kWh para 566 km de autonomía. Más tarde llegará una opción más básica con 170 CV y batería de 52 kWh que se podrá pedir a partir de diciembre.

El más rápido de todos, que es el más potente, promete un 0 a 100 km/h en 5,3 segundos y una velocidad punta de 180 km/h.

La potencia máxima de carga en corriente alterna es siempre de 11 kW, mientras que en corriente continua es 135 y 185 kW para la de 77 y 79 kWh, respectivamente. Así, ambas versiones podrán pasar del 10 al 80% de la capacidad en algo menos de media hora.

¿Cómo va el Ford Explorer EV?

Como decíamos, la plataforma MEB asemeja su dinámica a la de los Volkswagen eléctricos, pero Ford ha querido dejar su impronta modificando el tarado de muelles, amortiguadores, estabilizadoras, dirección y también la programación del ESC. Todo ello le convierte en un modelo más ágil y adecuado que sus parientes alemanes a la hora de circular por contextos diferentes fuera de la ciudad.

A pesar de que el Ford no cuenta con posibilidades de variar la dureza de los amortiguadores, lo cierto es que no es algo que se eche en falta puesto que la suspensión ya dispone de una configuración bastante correcta tanto para brindar el confort necesario en vías rápidas o en cascos urbanos como para ofrecer una firmeza suficiente que retenga positivamente inercias y derivas.

El precio de partida para el Explorer eléctrico de acceso a la gama actual parte de los 50.758 euros (44.590 euros si contamos las campañas), pero el futuro Explorer de 170 CV reducirá ese margen hasta los 34.800 euros (descuentos incluidos.)

Imágenes | Ford

Fuente de este artículo: Eléctricos – Actualidad Motor

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