Este fabricante, multado por compartir datos de conductores sin permiso

24 de enero de 2025
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La multa de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) a General Motors (GM) ha puesto de nuevo sobre la mesa el tema de la protección de datos de los conductores. El fabricante norteamericano ha sido sancionado por compartir información sensible de sus clientes sin notificárselo ni obtener su consentimiento. Es la primera vez que este organismo sanciona a un fabricante de automóviles por el uso indebido de los datos recogidos a través de vehículos conectados.

Según el comunicado de la FTC, GM recopiló y vendió datos de geolocalización y comportamiento de conducción de millones de consumidores, información que pudo ser utilizada para determinar las tarifas de seguros. Estos datos eran compartidos con agencias de datos, como LexisNexis y Verisk, sin el conocimiento ni la aprobación de los afectados. Ante esta situación, la FTC ha impuesto a GM una prohibición de cinco años para compartir este tipo de datos.

Y es que, tal y como deja claro el informe del organismo norteamericano, el permiso para recopilar información para fines comerciales no significa necesariamente permiso para vender esa información.

Un problema de privacidad sin precedentes

Lina Khan, presidenta de la FTC, destacó la gravedad del caso: “GM monitorizó y vendió datos de geolocalización precisa y comportamiento de conducción de las personas, a veces con una frecuencia de hasta cada tres segundos. Con esta acción, la FTC está salvaguardando la privacidad de los estadounidenses y protegiendo a las personas de la vigilancia descontrolada”.

El programa en el centro de la controversia es “Smart Driver”, una iniciativa promovida por el servicio OnStar de GM, que recopilaba información detallada sobre los hábitos de conducción de los usuarios con el objetivo, según la empresa, de fomentar una conducción más segura. Sin embargo, el programa fue cancelado en abril del año pasado tras recibir comentarios negativos por parte de los clientes.

El programa ofrecía información sobre sobre el comportamiento de los conductores  -como frenadas bruscas, altas velocidades y conducción nocturna- y vinculaba esa información con la ubicación del conductor y el número de identificación del vehículo. El problema es que, según la FTC, GM convenció a sus clientes para que se inscribieran en un programa llamado «Smart Driver» comercializándolo como un programa similar a un juego que usaría datos de comportamiento del conductor para ayudar a las personas a mejorar su conducción. Pero no dejaba claro que GM y OnStar querían vender estos datos a las agencias de consumidores. De esta forma recopilaron datos de comportamiento de los conductores en informes en los que se basaron las compañías de seguros para negar o cancelar la cobertura o aumentar las primas.

Respuesta de GM y medidas correctivas

Tras el anuncio de la FTC, GM emitió un comunicado afirmando que respeta la privacidad de sus clientes y que su confianza es una prioridad: “Aunque Smart Driver fue creado para promover comportamientos de conducción más seguros, decidimos finalizar el programa debido a los comentarios de los clientes”.

Además de cerrar Smart Driver, GM confirmó que dejó de compartir datos telemáticos con terceros como LexisNexis y Verisk y que en septiembre simplificó sus declaraciones de privacidad en Estados Unidos. También contrató a Alisa Bergman, exdirectora de privacidad en empresas como Fanatics y Adobe, para ocupar el cargo de directora de confianza y privacidad.

La resolución de la FTC obliga a GM a obtener el consentimiento expreso de los clientes antes de recopilar datos de vehículos conectados. Asimismo, los consumidores tendrán derecho a solicitar una copia de sus datos, pedir su eliminación y optar por no participar en la recopilación de datos. Estas medidas buscan garantizar una mayor transparencia y control sobre la información personal de los conductores.

En todo caso, GM ni ninguna de sus empresas tendrá prohibido durante cinco años revelar datos confidenciales de geolocalización y comportamiento del conductor de los consumidores a las agencias de informes de consumidores.

Implicaciones para la industria

Este caso subraya la creciente preocupación por el manejo de datos en la era de los vehículos conectados. La capacidad de estos coches para recopilar información en tiempo real, desde ubicaciones hasta patrones de conducción, plantea importantes interrogantes sobre cómo las marcas automovilísticas gestionan estos datos y el impacto que tiene en la privacidad de los usuarios.

En el caso de GM, la situación también pone de manifiesto las posibles consecuencias financieras y de reputación derivadas de prácticas cuestionables en el uso de datos. Aunque la empresa ha tomado medidas correctivas, el daño a la confianza de los consumidores podría tardar años en repararse.

La regulación como herramienta clave

El caso también sirve como recordatorio para los fabricantes de automóviles sobre la importancia de cumplir con las normativas de privacidad y de ser proactivos en la protección de los datos de sus clientes. En un contexto donde los vehículos conectados se están convirtiendo en la norma, las autoridades regulatorias, como la FTC, desempeñan un papel crucial para garantizar que las empresas operen con transparencia y respeten los derechos de los consumidores.

En España y Europa, los fabricantes deben cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que establece normas estrictas sobre el consentimiento y el manejo de datos personales.

Fuente de este artículo: Tecnología – Autofacil.es
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