
Gabriel García Márquez publicó en el año 1981 «Crónica de una muerte anunciada». Este libro, que es uno de los más vendidos y leídos en el mundo, bien podría haberse inspirado en la historia que protagoniza Henrik Fisker. Ya sabéis que es la segunda vez que el diseñador y empresario danés pone en marcha una marca de coches. En su día lo hizo con Fisker Automotive que quebró de «esa manera» y ahora parece que la historia se repetirá con apellido Inc.
Hace unos días os contamos que Fisker no tenía dinero para seguir en activo por mucho tiempo. De hecho se dijo que Nissan podría invertir unos 400 millones de euros para hacerse con su plataforma para pick up´s. Con todo, hace un par de días supimos que los nipones están en conversaciones con Honda por lo que parece descartado este punto. Y a pesar de todo, la casa americana lucha para seguir a flote aunque han tenido que parar la producción del SUV Ocean.
Si hacéis un poco de memoria recordaréis que Fisker no tenía la capacidad productiva necesaria para llevar al Ocean al mercado. Así es que para ello subcontrató los servicios de Magna Steyr que, además, es especialista en este tipo de menesteres. Pues bien tras un año y pico en producción el Ocean ha tenido que cesar su montaje ante la falta de una demanda sólida y la imposibilidad de su fabricante matriz de pagar sus deudas con terceros.
Según varias fuentes, entre las que está Reuters, Fisker detendría la producción de su modelo por unas seis semanas para captar más fondos. La idea es captar unos 150 millones de dólares con la venta de bono convertibles después de incumplir con sus obligaciones de pagos de intereses de financiaciones pasadas. Según sabemos la firma no pagó el pasado día 15 esta deuda porque quería estudiar con sus inversores en los 30 días de «gracia» otra salida.
El problema es que, según pasan los días, su liquidez disminuye a pasos agigantados. Hasta el pasado viernes, el saldo de efectivo de la firma era de 120,9 millones de dólares frente a los 395,9 millones que tenía a finales del año pasado. Con todo, el ejecutivo danés asegura que está en conversaciones con un fabricante muy potente y con mucha presencia en EEUU. El problema está en que no da un nombre y el tiempo corre en su contra con Magna Steyr…
Cuando Fisker anunció en su día que los austriacos de Magna fabricarían el Ocean SUV nos llevamos una alegría. Las razones eran muchas y variadas pero la principal era que entonces el proyecto parecía sólido. Sin embargo nada más allá de la realidad pues tres años después la firma americana no tiene dinero para pagar su trabajo. El caso es que Magna se ha reservado el derecho de quedarse con el proyecto Ocean en caso de que Fisker no pague nada…
Por tanto, habrá que esperar a ver si Henrik Fisker es capaz de «hacer magia» con esta ronda de financiación y saca el dinero que necesita para salvar su firma. De lo contrario los de Magna le quitarán su modelo, podrían darle una vuelta de tuerca y vendérselo a otra marca que sí tenga capacidad económica para su manufactura. Y quizás ahí parte de la industria china podría estar interesada. Quien sabe, igual la salvación de Fisker está en Asia…
Fuente – Reuters
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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