La gama GLC de Mercedes-Benz es todo un éxito para la firma alemana. Es por ello que no nos extraña en absoluto el gran número de variantes disponibles de este modelo, entre distintas motorizaciones y terminaciones estéticas dentro de sus dos carrocerías. Hace unos meses conocimos al Mercedes GLC Coupé, la variante con una línea de diseño más deportiva para atraer al público. Hoy se acaba de presentar el nuevo Mercedes-AMG GLC Coupé.
Y es que, como no podía ser de otra manera, AMG ha puesto su sello en el Mercedes GLC Coupé, con un par de versiones de alto rendimiento. Y ojo, que estamos hablando de potencias que llegan hasta los 680 CV, que se dice pronto, para el todocamino de la estrella. No será la variante más vendida, ¿pero quién le diría que no? Vamos a conocerlo.
Lo primero a mencionar es que el Mercedes-AMG GLC Coupé está disponible en dos versiones muy distintas. Por un lado tenemos el GLC 43 Coupé y, por otro, el GLC 63 S E Performance Coupé. El primero es un microhíbrido a 48 voltios con etiqueta Eco, mientras que el segundo es un híbrido enchufable de gran rendimiento. Ambos tienen tracción a las cuatro ruedas.
Empezando por el GLC 43 Coupé, nos encontramos con un motor 2.0 litros sobrealimentado de 421 CV y 500 Nm de par, que recibe el apoyo de una máquina eléctrica capaz de generar 14 CV y 150 Nm en determinadas condiciones de aceleración. Es un mild hybrid, con un alternador-arrancador accionado por correa y una red de 48 voltios.
De serie viene con dirección en el eje trasero, tracción total, cambio AMG SPEEDSHIFT MCT 9G y tren de rodaje AMG RIDE CONTROL, es decir, amortiguación adaptativa. Si hablamos de prestaciones, el Mercedes-AMG GLC 43 Coupé puede acelerar de 0 a 100 en 4,8 segundos y su velocidad máxima se encuentra limitada a 250 km/h.
Exactamente el mismo bloque de 2 litros es el que se utiliza en la parte mecánica más tradicional del GLC 63 S E Performance, aunque en este caso su potencia sube a los 476 CV y el par motor hasta los 545 Nm. De hecho, se convierte en el motor de cuatro cilindros de serie más potente del mundo.
La peculiaridad de esta versión es que se vincula con una parte eléctrica de gran rendimiento. Cuenta con una batería de 6,1 kWh capaz de ofrecer un pico de rendimiento de 150 kW durante diez segundos. En conjunto estamos hablando de nada más y nada menos que 680 CV y 1.020 Nm de par, que le permiten hacer el 0 a 100 en 3,5 segundos y llegar a los 275 km/h (velocidad máxima limitada electrónicamente).
Además, cabe destacar que es un híbrido enchufable, pues la citada batería se puede recargar mediante la recuperación de energía durante las deceleraciones o bien con un cargador de abordo de 3,7 kW en corriente alterna.
Pese a ello, este PHEV no tiene el objetivo de recorrer largos trayectos en modo 100% eléctrico, pues su autonomía en modo EV es de apenas 12 kilómetros. Es por esto que, aunque es un híbrido enchufable, no se puede beneficiar del distintivo medioambiental Cero de la DGT en España, sino que también lleva la pegatina Eco.
En las dos versiones de este Mercedes-AMG GLC Coupé se utiliza el cambio AMG Speedshifgt MCT 9G. A diferencia de un convertidor de par, se reduce el peso y mejora los tiempos en los saltos de marcha, con una conexión más directa. También cuenta con función Race Start, lo que conocemos como un Launch Control, que permite a ambos coches una gran tracción al acelerar fuerte desde parado.
Por su parte, en el GLC 43, la tracción integral 4MATIC presenta un reparto permanente de la fuerza entre los ejes delantero y trasero del 31 y 69%. La configuración con inclinación hacia atrás proporciona un comportamiento dinámico mejorado, incluyendo una tracción mejorada al acelerar. En el caso del GLC 63 S, la tracción integral AMG Performance 4MATIC+ totalmente variable transmite la fuerza a la carretera, incluyendo el modo drift para disfrutar aún más de la conducción.
No menos importante es destacar que tanto el GLC 43 como el GLC 63 S vienen con amortiguadores de dureza variable, cambiando completamente el comportamiento del coche en función de las necesidades de cada momento. Como es habitual, en los modos de conducción más deportivos, los amortiguadores incrementan su dureza y reducen el paso de aceite entre las cámaras de los mismos.
Un detalle es que el 63 S E Performance puede contar opcionalmente con unas barras estabilizadoras activas en ambos ejes. Dichas barras están divididas en dos partes, con un actuador electromecánico entre las dos secciones. Cuando la superficie de la carretera es irregular o el estilo de conducción es moderado, el actuador separa activamente las mitades del estabilizador, lo que aumenta el confort de conducción. Durante el uso dinámico, por ejemplo en circuito, las mitades se unen.
Por último, hablemos de la dirección. Esta dirección AMG es de tres etapas y tiene sensibilidad a la dirección con una relación de dureza variable. A altas velocidades, la asistencia de la dirección disminuye; a bajas velocidades aumenta de forma constante.
A ello hay que añadir que de serie vienen con eje trasero direccional, con un ángulo de giro máximo de 2,5 grados. Las ruedas traseras apuntan en dirección opuesta a las delanteras cuando se circula a menos de 100 km/h, mejorando la maniobrabilidad y agilidad, pues se acorta virtualmente la distancia entre ejes. A velocidades superiores, giran hasta 0,7 grados en el mismo sentido de las delanteras, incrementando la batalla virtual y, por consiguiente, mejorando el aplomo y estabilidad a alta velocidad.
Fuente – Mercedes
Fuente de éste artículo: Lanzamientos – Actualidad Motor
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