Como hemos estado observando durante todo este tiempo en el que se han ido presentando para quedarse en nuestras carreteras, cargar el coche eléctrico es una práctica que se ha quedado con nosotros en el día a día. Y es que las baterías del coche eléctrico son las responsables de que todo el engranaje funcione perfectamente y de que podamos recorrer kilómetros y kilómetros sin contaminar ni gastar combustible.
Sin embargo, pocos conductores conocen su batería a fondo. Sí, sabemos que estos encabezan la tan necesaria transición hacia una movilidad que no utilice combustibles fósiles, algo que se refleja en el crecimiento de las ventas anuales de este tipo de vehículos, que son una solución para lograr que las carreteras y ciudades sean menos contaminantes.
Pero es importante considerar que todo se cuida al detalle, especialmente a la hora de cargar este coche eléctrico. Uno de estos aspectos se profundiza bien con lo que es el momento de su recarga. Y sí; esto conlleva a que tengamos que hacer algunas modificaciones en nuestro modo de conducir, también para el momento en el que no estemos utilizando el vehículo. Esto es debido a la autodescarga de sus baterías.
Para saber cuánto tiempo dura una batería de coche podemos hacernos la siguiente idea: si la vaciamos y rellenamos cada día nos duraría más de ocho años.
Por supuesto, esto no es lo habitual, ya que se recomienda que las baterías de los coches eléctricos nunca lleguen a descargarse del todo (al igual que nadie dejaría que su coche de combustión se quedase totalmente sin combustible), por lo que los ciclos de carga aumentan. Por el lado contrario, nos encontramos con la mencionada autodescarga, que puede hacer por sufrir daños irreversibles en el mismo sistema.
Hablamos de unos daños que son consecuencia del paulatino descenso de tensión en las celdas de la batería, uno de los mayores retos a los que se enfrentan los fabricantes de este componente, dado que la electrónica de los coches nuevos es cada vez más sofisticada y requiere de altas dosis de energía.
Es entonces que se crea es una molécula que es la que provoca que, aunque estén en reposo, como el coche eléctrico cuando no se está utilizando y ni siquiera está encendido, pierdan energía que debería mantenerse almacenada en la batería. Esto además hace porque este fenómeno tenga un importante impacto sobre la degradación de las celdas de batería.
Hacia esto, podemos esperar que un coche eléctrico pierda entorno a un 3-5% de carga de batería cada semana. Puede parecer muy poco… De hecho, a ese ritmo, una batería completamente cargada de un eléctrico que permaneciera aparcado, tardaría dos años en acercarse a la zona en la que podría comenzar a deteriorarse.
Pero también puede darse el caso de que, bien porque es un coche más antiguo o porque sus baterías ya tienen el suficiente uso y ciclos de recarga a sus espaldas, este efecto podría avanzar más rápidamente.
De la misma forma, existen circunstancias que pueden acelerar esa descarga, reduciendo así el tiempo del que disponemos para volver a visitar a nuestro eléctrico antes de que la batería comience a dañarse. Entre ellos está el clima, especialmente el calor que deteriora la química de las celdas. Es por esto que no es nada recomendable, dejar aparcado un coche eléctrico a alta temperatura porque la batería va a sufrir bastante y se va a autodescargar un poco más deprisa.
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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