Lincoln, por si no lo sabías, es la enseña premium de Ford. Lleva bajo su protección muchos años pero en el último cuarto de siglo ha ido perdiendo ventas incluso en su país natal. EEUU se ha vuelto el coto privado y casi exclusivo de las premium niponas y teutonas, quedando las locales relegadas a un segundo plano. A GM con sus enseñas le ha pasado igual aunque en este caso le va mejor. De ahí que llegue al mercado el nuevo Lincoln Nautilus.
El Lincoln Nautilus es uno de modelos con más éxito de la filial premium de Blue Oval. Sin embargo la actual entrega se ha quedado un tanto rezagada respecto a sus rivales en aspectos como la tecnología o la ecología. Y para solucionar tal problema han creado una nueva generación que supone un punto de inflexión tanto por diseño como por técnica. Ahora es un producto más llamativo y maduro que hasta nos gustaría ver en Europa ¿No?
La estética exterior del nuevo Nautilus nada tiene que ver con la de sus hermanos de gama. Para darle forma la marca utiliza el lenguaje de diseño Quiet Flight 2.0 que podemos ver en el Zephyr y se aleja del estilo que la marca emplea en los Aviator o Navigator. Es curioso como para un producto yanqui emplea un código implantado en China y acierta de lleno. No hay más que ver la gran parrilla frontal partida en dos por una fina tira LED.
Esta misma franja nace en las ópticas Full LED y muere en el centro justo en el logo de Lincoln. El paragolpes, por su parte, es sencillo aunque la parte baja está ocupada por una toma de aire y en los laterales también se incluyen sendas molduras. La vista lateral tiene gran personalidad aunque con cierto regusto a Land Rover. Sí, sobre todo por la moldura que nace tras el paso de rueda delantero y se extiende por casi toda la puerta delantera.
Esta zona, según el acabado elegido, puede resaltar más o menos. Esto se debe a que el techo puede ir, o no, pintado en tono negro a contraste y a juego con las llantas de aleación. Por su parte, en la trasera hay ópticas Full LED que ocupan todo el ancho de la carrocería y que, muy vagamente, recuerdan a las del Audi Q8. Este área es el más sencillo, e incluso la marca ha retirado su logo para utilizar su grafía en medio de la tulipa de las ópticas.
Si el diseño exterior del Lincoln Nautilus sorprende, la gran sorpresa está dentro. Los diseñadores de la marca han «echado el resto» apostando fuertemente por la tecnología combinada con materiales de alta calidad. Pero lo más llamativo es la disposición del salpicadero con un doble escalón dominando el superior una pantalla de 48 pulgadas. La parte izquierda es el cuadro de instrumentos y la derecha muestra información como el tiempo.
En el centro del salpicadero hay otro display flotante y 11,1 pulgadas para gestionar el clima, por ejemplo. Según explica Lincoln, el conductor no tendrá distracciones y para ello han creado el sistema Lincoln Rejuvenate. Su misión es combinar la iluminación ambiental, las pantallas y los ajustes de masaje de los asientos con música. Respecto a la conectividad no faltan Apple CarPlay, Android, conexión de datos 5G y Amazon Alexa.
Las ayudas activas a la conducción se encarnan en el sistema BlueCruise 1.2. Es opcional y gratis por 90 días luego se «compra» el servicio por 4 años e incluye varias ayudas como asistencia de cambio y centrado de carril. Como dato a tener en cuenta, cuenta con función de conducción autónoma en carretera manos libres de nivel 5 y es uno de los pocos modelos de su clase en ofrecerlo. Todo ello, rodeado por materiales de alta calidad y buen ajuste…
Para desarrollar al Nautilus los ingenieros de Lincoln han tomado como base una plataforma fiable y contrastada. Se trata de la base C2 de Ford que entre otros modelos emplean los Corsair o Zephyr. Gracias a ella crece en todas las cotas para llegar a los 4,9 metros de largo, 1,95 metros de ancho, 1,71 metros de alto y 2,9 metros de batalla. De hecho, se fabricará en la misma línea de montaje del centro Changan Hangzhou que el Ford Evos para China.
Partiendo de esta base, el primer tren motriz disponible es un gasolina 2.0 Turbo compartido con el Corsair. El rendimiento anunciado son 250 CV de potencia y 373 Nm. Para su gestión la casa confía en una transmisión con 8 velocidades automática que envía la fuerza del motor a las cuatro ruedas. Por otra parte hay un tren híbrido que nace de un bloque 2.0 Turbo más un motor eléctrico de 100 kW con una potencia final de 310 CV.
La capacidad de la batería no ha sido anunciada y en este caso la transmisión seleccionada es de tipo E-CVT. Además la suspensión es diferente con amortiguadores activos para el control del balanceo de la carrocería o llantas de aleación de 21 o 22 pulgadas. Por ahora no está previsto que llegue al mercado una versión eléctrica pero sí podría ampliarse con otras versiones con algún tipo de electrificación.
Como hemos dicho antes, el Nautilus ha sido pensado para el mercado americano. El chino también está en su punto de mira y de hecho se fabrica allí para exportar a todo el mundo pero en EEUU debería cosechar su mayor nivel de ventas. En todo caso no se prevé que llegue a Europa pues la estrategia de Ford es otra. Pasa por centrarse en dar a su gama eléctrica un mayor impulso y Lincoln no tiene cabida en este plan.
Fuente – Lincoln
Fuente de éste artículo: Lanzamientos – Actualidad Motor
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