Si detectas alguna señales de que debes cambiar los frenos, lo más recomendable es que acudas a un taller profesional para que revisen y cambien los frenos si es necesario. No obstante, si tienes conocimientos y herramientas adecuadas, puedes intentar hacerlo tú mismo siguiendo estos pasos :
- Levanta el coche con un gato hidráulico y coloca unos soportes debajo para mayor seguridad. Retira la rueda correspondiente y localiza la pinza de freno.
- Afloja y quita los tornillos que sujetan la pinza al soporte. Retira la pinza con cuidado y cuelga con un alambre para no dañar la manguera. Extrae las pastillas viejas y comprueba su estado.
- Limpia la pinza con un cepillo metálico y un spray limpiador. Empuja el pistón hacia adentro con una llave inglesa o una prensa especial. Coloca las pastillas nuevas en su posición y asegúrate de que quedan bien fijadas.
- Si vas a cambiar también los discos, afloja y quita los tornillos que lo sujetan al buje. Retira el disco viejo y limpia la superficie del buje con un cepillo metálico. Coloca el disco nuevo y aprieta los tornillos con una llave dinamométrica.
- Vuelve a colocar la pinza sobre el disco y aprieta los tornillos con la llave dinamométrica. Repite el proceso con las demás ruedas. Antes de bajar el coche, comprueba el nivel del líquido de frenos y rellena si es necesario.
- Baja el coche y prueba los frenos en un lugar seguro. Al principio puede haber algo de ruido o vibración hasta que se asienten las piezas nuevas. Conduce con precaución hasta que notes que los frenos responden correctamente.