Sabemos que la batería ha evolucionado mucho, y la que usa el coche eléctrico, también. Porque sí; más allá de que este tipo de vehículos sean actuales, de última generación y cargados de tecnología, sus baterías siguen siendo bastante simples en comparación con otros sistemas que podremos hallar en los mismos coches.
Claro que estos no usan un común almacenador de energía como antaño, pero sí que su idea y funcionamiento es bastante sencillo si lo miramos con que el coche eléctrico está enfocado a ser la gran baza de la movilidad y la sostenibilidad. Todo apunta a que próximamente ya podremos contar con baterías como la de sodio, y que ya cuentan marcas de coches como la china BYD y su modelo Seagull. Pero, ¿sabes que la misma también se puede estropear si no la cuidas bien?
Pero vayamos por partes. En la última década, las baterías han experimentado una revolución sin precedentes. Como consecuencia, la autonomía media de los coches eléctricos ha aumentado considerablemente, terminando así con el miedo de los conductores a quedarse tirados en la carretera por la escasa autonomía, y que hasta ahora lastraba sus ventas.
Pero la autonomía no es la única dimensión de las baterías en la que se han hecho progresos: también se ha reducido su tiempo de carga, con cargas rápidas que ya bajan de 10 minutos, y se ha incrementado su eficiencia. Ahora bien; no podemos decir lo mismo sobre su durabilidad o, mejor dicho, por lo que podemos hacer sin que se estropee.
Y es que si bien la automoción eléctrica es el futuro de la movilidad, las únicas dudas que se plantean hoy los expertos son, principalmente, dos: cuándo superarán en ventas a los coches de combustión y qué tipo de baterías aportarán mayores prestaciones. Eso nos lleva a plantearnos cuáles pueden ser las razones que terminan haciendo porque las baterías de nuestro coche terminan fallando, por ejemplo debido a las variantes temperaturas.
En este sentido, cabe bien mencionar que suele reducirse a medida que lo usamos. La autonomía de las baterías suele durar, aproximadamente, unos ocho años en un estado óptimo, aunque esto puede depender de infinidad de factores o de cómo tratemos a la batería de nuestro coche eléctrico. Por lo general, se considera que una batería está en buenas condiciones cuando mantiene el 80% de la capacidad original.
Probablemente, la causa más notoria y clara. Porque más allá de nuestros viajes por carretera, su combinación con los días de calor sofocante, sobre todo en los extremos que hemos visto en los últimos años, puede hacer mucho daño a las baterías de nuestro coche eléctrico. El motivo de ello es que estas unidades de iones de litio no pueden soportar temperaturas extremas. De hecho, funcionan mejor a temperaturas entre 20 y 25°C.
El riesgo de sobrecalentamiento de la batería aumenta en verano, que es además cuando se suele conducir a velocidades más altas y hacer viajes más largos. Es ahí cuando, por encima de 45-50°C, los componentes electrónicos de la batería se deterioran más rápidamente y se observa una caída en el rendimiento de la recarga.
Ante esto, que dure más o menos la batería de un coche eléctrico va a depender de muchos factores. Y entre ellos influye mucho el tipo de recarga, por ejemplo las de carga rápida. Está bien usarlas de vez en cuando o recurrir a ellas cuando tenemos prisa o porque no nos queda más remedio, pero no son lo mejor para ellas.
La razón de ello es porque si optamos por este tipo de recargas rápidas vamos a restar la vida útil de la batería. Esto es porque cuando la carga se realiza a un alto amperaje, los electrones que están en movimiento generan calor. Ese exceso de calor lo van a sufrir las propias celdas de las baterías, además de los cables que transmiten la electricidad. Por eso es recomendable hacer el menor número de cargas rápidas y siempre tener una carga de entre el 20% y el 80% de la capacidad de la batería.
Claro que al igual que cualquier otra batería de tipo recargable, como la de nuestro propio teléfono móvil, estas baterías también sufren por el uso y terminan degradándose con el paso de tiempo.
Como hemos mencionado inicialmente, la garantía de las baterías está en el entorno de los ocho años ó 150.000 kilómetros (aproximadamente) con un 70% de la vida útil. Son unas cifras de rendimiento que pueden mejorar o empeorar dependiendo de los factores comentados, como su uso o la climatología. Así, se estima que esta degradación puede ser del 2% al 3% al año, mermando un 25-30% en el periodo de los 10 años.
De todas maneras, y gracias al avance y al paso del tiempo, la vida útil de estas baterías de nueva generación están perfectamente capacitadas para aguantar no solo ese periodo de tiempo, sino más allá de la vida real del propio coche. Eso sí; siempre y cuando cuidemos aspectos como las veces que la recargamos, los límites de la misma y las temperaturas extremas. De forma más indirecta, el estilo de conducción también influye en ese desgaste.
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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