El Subaru Solterra 2023 es un SUV de tamaño mediano, de estilo coupé y con un sistema de propulsión 100% eléctrico (BEV) que rinde 218 CV y ha sido desarrollado en colaboración de Toyota, una firma que comercializa un coche muy parecido llamado bZ4X (comparten la mayoría de sus componentes). Es el primer coche de Subaru con estas características y su propósito con él es lograr la vanguardia tecnológica, cumplir con las normativas de emisiones en el “mix” de su gama de modelos y transmitir una imagen de marca más ecológica a través de su estrategia de Responsabilidad Social Corporativa. Puede recorrer 465 km por carga completa.
A grandes rasgos, el Solterra es un automóvil que se comporta muy bien sobre asfalto, pues se comporta ágilmente, pero que, debido a un excelente sistema de tracción integral, dispone de ciertas capacidades sobre superficies escabrosas y resbaladizas sin poderse considerar, bajo ningún concepto, un todoterreno al uso. Más bien se trata de un SUV muy polivalente y equilibrado con una evidente orientación familiar, ya que es especialmente espacioso y está equipado de manera generosa. Sus calidades son normales y, teniendo en cuenta sus alternativas (cada vez más numerosas), no es un vehículo caro, aunque tampoco barato: su precio parte de 58.750 euros.
El Solterra tiene unas dimensiones exteriores convencionales para el segmento del mercado en el cual compite. Son casi idénticas a las del Toyota bZ4X, pues para su construcción se emplea la misma plataforma. Ambos SUV se diferencian por algunos cambios que afectan a la puesta a punto de la suspensión, por una versión de tracción delantera sólo para el Toyota y por ciertos detalles de la carrocería o el habitáculo. El Subaru mide 4,69 metros de longitud, 1,86 de anchura y 1,65 de altura con una distancia entre ejes de 2,85 metros (bastante espléndida).
Debido a esa última cota, la cabina es mucho más extensa de lo habitual en esta categoría. Ello es muy notable en la segunda fila de asientos, donde prácticamente es un coche líder tanto por espacio para las piernas como por amplitud para los hombros (sólo un Hyundai IONIQ 5 es mejor en estos términos). La altura interior no es mala, pero tampoco destacable, sobre todo si se equipa el techo de cristal panorámico, que resta unos centímetros que las personas de mayor estatura apreciarán.
A cambio, el maletero, con 452 litros de capacidad mínima (incluyendo el doble fondo), se encuentra en un punto intermedio frente a sus rivales por tamaño, pero resulta práctico. Los respaldos de las plazas traseras se pueden abatir en una proporción 60:40, de forma que es posible ampliar este volumen si se precisa transportar objetos más grandes como, por ejemplo, una bicicleta (sin necesidad de desmontar la rueda delantera). La boca de carga es ancha y queda a una altura aceptable si se contempla que es un coche alto. El portón es eléctrico y tiene accionamiento automático.
Los materiales del Solterra son cálidos, agradables al tacto y cuentan con una buena calidad percibida, aunque la real (observando de cerca) es estándar. No nos convence el revestimiento textil del salpicadero ni el abuso que se ha hecho de las superficies de plástico brillante en la consola central, pues lo primero tiende a recoger mucho polvo y lo segundo, además de ser delicado (susceptible de dañarse con ligeros arañazos), está demasiado expuesto a las huellas de los dedos (quedan marcadas con facilidad).
Aun así, los ajustes entre piezas son correctos y generan sensación de solidez y hermeticidad. Esta percepción la redondea un buen trabajo sobre el aislamiento acústico y sobre la aerodinámica. Es una cabina muy luminosa y, aunque cuenta con varios huecos para guardar enseres, no tiene guantera (algo extraño). Sí dispone, en contrapartida, de salidas de ventilación para la segunda fila de asientos, de unas puertas que permiten un acceso vasto y de un suelo muy plano que simplifica la vida a bordo. Cabe decir que el selector de marchas es un mando extraño que requiere adaptación.
En cuanto a la dotación de equipamiento, en el Solterra se encuentra prácticamente lo mismo que en el bZ4X, sobre todo en términos tecnológicos. Existen dos acabados: el básico, llamado Trek, y el avanzado, denominado Touring. De serie, este Subaru ya lleva faros full-LED, llantas de 18 pulgadas, tapicería de tela, asiento del conductor eléctrico y los dos delanteros calefactables, preinstalación de baca, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, dos pantallas multimedia (la central táctil con 12,3” y la de la instrumentación digital con 7”) con compatibilidad móvil inalámbrica, tres modos de conducción para carretera (Eco, Normal y Power) y dos para “off road” (X-Mode), así como todos los asistentes a la conducción posibles (EyeSight).
El tope de gama añade sobre el de acceso: llantas de 20 pulgadas, techo panorámico, volante calefactable, tapicería de piel sintética, asiento del acompañante con ajustes eléctricos y calefacción en las plazas traseras laterales, retrovisor interior virtual con cámara, sistema de sonido mejorado y carga inalámbrica para teléfonos. Por suerte o por desgracia (habrá quien lo prefiera así), las opciones de personalización son exiguas. Apenas se puede escoger entre seis colores: blanco, gris, negro, azul claro, azul oscuro y rojo.
El sistema de propulsión del Subaru Solterra 2023 está compuesto por dos motores eléctricos (uno en cada eje, por lo que hay tracción en ambos) y una batería que los alimenta. Cada uno de los impulsores desarrolla hasta 109 CV y pueden ofrecer su pico de rendimiento al mismo tiempo, de modo que la potencia combinada es de 218 CV. Esto permite, aunque este SUV pese algo más de 2 toneladas en vacío, acelerar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos, lo cual está muy bien. La velocidad punta está limitada a 160 km/h en pro de ahorrar energía y garantizar un mínimo de autonomía.
El Solterra tiene instalada una pila con 71,4 kWh de capacidad bruta (desconocemos la útil o neta) con los que puede recorrer, según procedimiento de homologación WLTP, una media de 465 km. Es una cifra superior a la que presentan la mayoría de sus competidores con acumuladores energéticos de características similares. Un Skoda Enyaq Coupé iV 80 X, con 265 CV y tracción total, dispone de una superior (520 km), aunque se trata de un automóvil un poco más caro.
La marca asegura que el consumo del Solterra es de 16 kWh/100 km, pero durante nuestra prueba nos ha sido imposible bajarlo de 19 kWh/100 km llevando a cabo una conducción a diferentes ritmos y por distintas vías, de forma que creemos poco probable superar los 400 km en condiciones reales. Con todo, es una distancia más que aceptable para poder realizar trayectos largos con comodidad, pocas paradas (y menos preocupaciones, por lo tanto).
Cuando sea necesario recargar la batería, esta operación se puede hacer a un máximo de 150 kW en corriente continua o de 7,4 kW en alterna. Esto se traduce en pasar del 10% al 80% en cerca de 20 minutos (teóricos) con el cargador adecuado. También son datos en la media de este segmento, pero hay coches eléctricos como el Hyundai IONIQ 5 que admiten potencias de entrada en la pila de hasta 350 kW gracias a un tensión nominal de 800 V (más del doble que la del Solterra). Subaru asegura menos de un 10% de degradación durante los 10 primeros años de vida.
A pesar de tener un diseño robusto y unas buenas cotas todoterreno (más altura libre al suelo y mejores ángulos de entrada, salida y ventral que sus alternativas directas), el Subaru Solterra es un coche bastante ágil y con un comportamiento muy bueno en carretera, lo cual sorprende sabiendo su peso. No es un deportivo, ni mucho menos. Tampoco un SUV especialmente capaz fuera del asfalto (cuenta con un sistema AWD permanente excelente, pero las cualidades inherentes a su concepto vehículo le limitan en exceso). Sencillamente, es un automóvil que se defiende de manera notable en cualquier situación. También en la ciudad, ya que, pese a su tamaño, cuenta con un alto grado de maniobrabilidad y de visibilidad.
La puesta a punto del chasis es, en nuestra opinión, perfecta para un SUV y para el efecto que se desea lograr: estabilidad y confort en cualquier uso y para cualquier estilo de conducción. La suspensión no tiene ninguna arquitectura especial, pero su ajuste es equilibrado y su calidad soberbia. Los muelles sostienen de un modo sobresaliente la carrocería, que apenas sufre balanceos (habituales en automóviles como este), mientras que los amortiguadores trabajan bien independientemente de la frecuencia de las irregularidades de la calzada: bajas, medias o altas, da igual. Filtran estupendamente. Esto deriva en un nivel de comodidad muy bueno.
La dirección no es tan reseñable, pues nos parece artificial y poco comunicativa (no menos de lo normal en un SUV eléctrico). Además, el cuadro de instrumentos digital, al quedar por encima y lejos del volante, obliga a mantener este elemento en una posición excesivamente baja que puede restar un importante espacio para las piernas en personas altas. A cambio, el centro de gravedad y el reparto de pesos del Solterra contribuyen mucho a una sensación de control, de firmeza y de entendimiento de las reacciones del coche, claramente predecibles y seguras.
Cuando se afronta una circulación sobre superficies abruptas o con poca adherencia, este Subaru funciona genial incluso con neumáticos de verano. Nos ha llamado especialmente la atención lo bien que tracciona con el segundo tipo de funcionamiento X-Mode, capaz de avanzar sobre barro denso o nieve espesa. Es espacio entre carrocería y suelo es de 21 cm, suficiente para sortear la mayoría de los obstáculos, pero sigue siendo una distancia escasa para practicar una conducción medianamente intensiva en esta clase de entorno, así que hay que tener precaución.
El Subaru Solterra está disponible desde 58.750 euros en su versión de acceso y desde 62.900 en la más completa (pagando al contado). Con campañas comerciales, financiación y las ayudas del Plan MOVES III, la configuración más barata puede obtenerse por 46.750 euros. Mientras que si se opta por un contrato “multiopción” a 36 meses con 10.000 kilómetros anuales y una entrada de 15.000 euros, habrá que abonar 527 euros cada 30 días (sólo se trata de un ejemplo que nos puso la marca durante la presentación del producto, pero hay más opciones). En cualquier caso, la garantía es de 5 años o 100.000 km para el coche y de 8 años o 160.000 para la pila.
Pese a que es un automóvil con mucho equipamiento, una calidad constructiva buena y una puesta a punto óptimamente ejecutada, su potencia y su autonomía (que son los principales argumentos de venta en un vehículo eléctrico actualmente), son normales y esto complica justificar su coste de adquisición. Sin embargo, tal y como está el mercado hoy en día, es un SUV con un precio competitivo (a nosotros también nos sorprende esto). Sólo tiene dos rivales que ofrecen por menos dinero un rango de alcance por carga y una dotación tecnológica similares, pero una potencia superior. Hablamos del MG Marvel R Electric AWD Performance (288 CV) y del Tesla Model Y AWD Gran Autonomía (367 CV).
No es un coche barato, pero tampoco lo es la inmensa mayoría de coches con los que se mide. Pese a ello, este parece que ofrece algo diferencial: muchísimo espacio con relación a sus dimensiones exteriores, seguridad activa y pasiva al más alto nivel (5 estrellas Euro NCAP), una batería muy fiable y, a nuestro juicio, el mejor sistema tracción integral permanente que existe para coches eléctricos. ¿Inconvenientes? Los tiene, pero son infinitamente menos que sus ventajas, así que tú decides. Las primeras entregas serán en mayo de 2023.
Fuente de éste artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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