Northvolt en bancarrota: Europa pierde terreno frente a China en la carrera por las baterías eléctricas

9 de diciembre de 2024
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La reciente quiebra del gigante sueco Northvolt, que hasta hace poco era considerada por todos como la gran esperanza europea para liderar la transición hacia las baterías eléctricas, ha desencadenado una crisis de gran magnitud en la industria automovilística del continente. Este golpe no solo afecta a la marca en sí, sino también a muchas empresas y proyectos que dependían de su capacidad de producción.

La compañía sueca, que había prometido ser la piedra angular de la independencia energética europea, acumuló una deuda de más de 5.800 millones de euros y ha solicitado protección bajo el Capítulo 11 de la ley de bancarrota de Estados Unidos. Este movimiento busca proteger a la empresa mientras intenta reorganizarse financieramente, pero deja al descubierto los problemas estructurales de la industria de baterías en Europa.

Una industria automovilística al borde del colapso por la quiebra de Northvolt…

Northvolt no solo era un proveedor clave para fabricantes como Volkswagen, BMW o Porsche, sino que también suponía el sueño europeo de dejar de depender de empresas asiáticas como CATL o BYD, líderes en la producción de baterías. Ahora, con la quiebra de Northvolt, fabricantes como Porsche enfrentan retrasos en proyectos potentes y de gran calado, como el del nuevo Porsche 718 eléctrico, que estaba programado para lanzarse a mediados de 2024.

El Grupo Volkswagen, accionista importante de Northvolt, se encuentra en la incómoda posición de necesitar buscar alternativas de suministro rápidamente mientras gestiona las repercusiones de esta crisis. Por otro lado, marcas como Audi, que diversificaron sus proveedores con opciones como LG y CATL, están mejor posicionadas para hacer frente a estos desafíos.

China al acecho

La quiebra de Northvolt ha abierto una ventana de oportunidad para que China, a través del líder mundial de baterías CATL, fortalezca su control del mercado europeo. Según algunos reportes, Northvolt y CATL han estado en conversaciones para una posible asociación. Aunque esta medida podría significar la salvación para Northvolt, también supondría una derrota simbólica para Europa, que había apostado por la empresa sueca como su campeona en la lucha por la soberanía tecnológica.

CATL, que produce el 35% de las baterías de coches eléctricos a nivel mundial, ya cuenta con plantas operativas en Alemania y futuros proyectos en Hungría. Si se concreta una alianza o adquisición, no solo se consolidaría como el proveedor líder en Europa, sino que también se quebraría el objetivo europeo de independencia frente a los gigantes asiáticos.

Europa toma medidas, pero ¿son suficientes?

En respuesta a la crisis, la Comisión Europea ha decidido tomar cartas en el asunto con un plan de inversiones de 4.600 millones de euros, destinados a apoyar la fabricación de baterías y fomentar la independencia energética. De esta cantidad, 1.000 millones se destinarán específicamente a células para vehículos eléctricos, mientras que otros 1.200 millones se utilizarán para impulsar la producción de hidrógeno renovable en Europa.

Adicionalmente, el Banco Europeo de Inversiones ha anunciado una colaboración con la Comisión Europea para movilizar 200 millones de euros más en préstamos que permitan el desarrollo de nuevas plantas de baterías y proyectos relacionados. Estas medidas buscan fortalecer la cadena de valor europea y ofrecer alternativas viables a los fabricantes de automóviles.

Impactos en proyectos europeos

La crisis no se limita a la fabricación de baterías; también ha comenzado a afectar otros proyectos estratégicos en Europa. Por ejemplo, la salida de Northvolt ha llevado a la energética portuguesa Galp a abandonar su plan conjunto de construir una planta de hidróxido de litio en Portugal. Este tipo de desarrollos eran cruciales para asegurar un suministro estable de materiales esenciales en la fabricación de baterías.

A medida que crece la dependencia de Europa en empresas asiáticas, varios grandes fabricantes como Stellantis y Mercedes han comenzado a paralizar proyectos de fábricas de baterías, lo que pone en riesgo el futuro de la industria automovilística europea. Los problemas de Northvolt no solo han afectado a las plantas actuales, sino también a las proyecciones de crecimiento, que se han estancado en 176 GWh en comparación con los planes iniciales que prometían mucho más.

La situación se vuelve todavía más tensa al considerar que el mercado de coches eléctricos en Europa está muy por detrás de las expectativas. Esto crea un círculo vicioso: menos coches eléctricos significan menos demanda de baterías, lo que a su vez frena la producción y el desarrollo de nuevas plantas.

El panorama actual deja claro que Europa necesita reformular su estrategia si quiere competir con China en la carrera por las baterías. La quiebra de Northvolt, lejos de ser un caso aislado, es un síntoma de los retos estructurales y financieros que enfrenta la región en su transición verde. Si bien las inversiones anunciadas son un primer paso, queda por ver si serán suficientes para revertir la tendencia y garantizar un futuro competitivo para la industria europea.

Fuente – NorthvoltAutomotive News

Imágenes | Northvolt – Audi, BMW, Volkswagen

Fuente de este artículo: Eléctricos – Actualidad Motor
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